Imagen de perfilARMAS DEL DERECHO COMPARADO

Laura Pérez-Morala 

¡…Y bebe agua! Con esa recomendación, crisol liberador de conciencia; con el tierno y sutil engaño con que se deja a un niño de cuatro años a la puerta del colegio; con la prisa por salir antes de que las autovías de las palayas del Este se colapsaran, la familia Manjón se despidió de D. Cesar, dejándolo en la residencia geriátrica “La gozada”, especializada en estancias de verano.
El confinado, de casi noventa años, vio partir el todo terreno familiar al tiempo que borraba los besos estampados en sus mejillas. La tortura de su artrosis despertó las mejores neuronas de su alzheimer, y le animaron a declarar ante la dirección del centro:
-Me quiero marchar.
D. Cesar, había sido abogado experto en Derecho de familia y en Derecho comparado. Por eso no podía tolerar que su nuera se llevara el perro de vacaciones, mientras él se quedaba en “La gozada”.

 

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