Acoso psicológico
Lita Rivas FolgarAcabo de estrenar toga y despacho, como nueva integrante del colegio de abogados y, entonces, recibo a mi primer cliente. Se trata de un caso de maltrato psicológico, que está causando un grave desplome a la víctima.
Me cuenta que está soportando una auténtica tortura, de constantes insultos y humillaciones, y mientras habla… sus ojos se inundan de agua lacrimógena.
Le atemoriza declarar por miedo a las represalias y me comenta que ha llegado a fingir que no le importaba sufrir el acoso y las encarnizadas burlas, pero no ha funcionado. Y que, por el contrario, los ataques psicológicos han arreciado.
Me comenta que se avergüenza de su situación y que, por ello, se vale del engaño, para disfrazar, ante los demás, el terrible acoso que está padeciendo.
Así que, mi primer cliente, resulta ser mi hija, una tímida colegiala, y recuperar su autoestima, será mi prioridad.