Dar la talla
Marta Trutxuelo García¡Deber cumplido!, pienso al bajar del estrado, y sonrío al recordar que fue un incumplimiento lo que me trajo hasta aquí. Desde pequeño quise volar alto: mi gran anhelo era mantener el orden y garantizar la seguridad, pero se vio frustrado por una pequeñez que me dejó a un palmo de lograr mi sueño. Había preparado las oposiciones a conciencia: aprendí de memoria toda la legislación, incluso la ordenanza contra vagos y maleantes que, aunque en desuso, tanto me fascinaba. Dominaba al dedillo todos los casos prácticos. En fin, que mi grado de preparación era muy alto. Pero incumplí un requisito… no di la talla… no alcancé la altura por poco, aunque sí llegué a culminar otro presunto nivel, el jurídico: estudié Derecho y cumplí mi sueño de defender el orden y la justicia, pero sin necesidad de ser guardia municipal, y aunque lo haga subido a un taburete.
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Eso se llama sublimación. ¡’Bravo!
Gracias, Ángel!
Qué efusividad, je, jeeee!
Un abrazo
Marta
Grande ese personajillo verticalmente disminuido (dicho sea en estúpido lenguaje políticamente correcto). Todas las palabras son idóneas («volar alto», «gran», «pequeñez», «dedillo» -claro, tiene que ser en diminutivo-…). Has rebasado la talla, Marta. Eres grande.
Suerte, y un abrazo.
Gracias, Manuel!
Eso he intentado, jugar un «poquito» con el lenguaje… me alegro de que se note y MÁS, que te guste!
Un -gran-abrazo!
Marta
Hola, Marta.
Es sencillamente, sensacional.
Qué bien trabada la historia de ese HOMBRETÓN con mayúsculas.
Me parece que has elaborado una puntilla de bolillos. Así que, ojalá, la suerte te acompañe porque la fuerza ya la tienes.
Unos besarracos.
Muchísimas gracias, Towi, por tus alentadoras palabras!
La verdad es que estaba un poco desanimada al no haberme seleccionado en junio y el volver este mes ha sido alegría doble!
Ya he conseguido mi GRAN premio!!!
Espero con ansiedad leer tu nueva historia, a ver con qué nos sorprendes,Towi, la GRAN encantadora de historias!
Un abrazo inmenso!
Marta
Este mes no tengo historia… Ay, qué pena, pero desde las ondas te estaré enviando mis apoyos.
Unos abrazos, Marta.
Jo, Towiii… qué penitaaaa!!! Pero no te desanimes, tómatelo como unas vacaciones, en agosto volverás pisando tan fuerte como sueles… verás!!!
En qué «ondas» estás? Herzianas, virtuales, marítimas??? Je, je…
Un abrazo muy fuerte y un montón de muxus (besos)!
Marta
Jajaja, pues no lo sé.
Suerte, bonita, preciosa, tabureteada, resalá…
Muy original… ¡Muchas felicidades por el microrrelato! ¡Y mucha suerte!
Gracias, Juan!
Me alegro mucho de que te haya gustado!!!
Un abrazo
Marta
Hola, marta.
Aja, helo aquí: otro de tus grandes micros. Trenzado como las coletas de Towanda. No le falta de nada, y de lo que menos, no te quepa la menor duda, estatura. Mi muy muy enhorabuena. Y a por otro, suma y sigue.
Besos.
Gracias, Eduardo!!!
Echaba de «menos» tu comentario… gracias por lo de la altura, qué honor!!!
Suerte para tí tambión con tu gran locademia II…
Un gran abrazo
Marta
Enhorabuena, Marta. Sin duda un microrrelato de altura. Una época ésta dónde tristemente suele importar más la talla física que la intelectual. El protagonista de tu historia hubiera sido también un excelente policía y con talla de sobra…
Marta, me ha gustado mucho tu microrrelato de talla XXXL.
Mucha suerte!!!
Acabo de regresar y veo que sigues tenaz tu lucha por insertar diferentes tipos jurídicos. Aunque este sea enano. Claro y conciso. Suerte, Marta.
Muchas gracias por el comentario, José Luis!!!
Ahorita busco tu cuento que sé que andas por ahí…
Buen verano, compi!
Muxu handi bat
Marta