La balada de Renato Cantalarrana
José Ignacio Rodríguez GarcíaRenato Cantalarrana era un enfadica, pero su padre era juez. Si no le dejábamos jugar con nuestra pelota, amenazaba: “¡os voy a demandar!”. Y lo hacía. Desde su más tierna infancia elevaba instancias por cualquier cosa: por no invitarle a un cumpleaños, por haberle dado una colleja, por hablar con la niña que cortejaba. Cualquier oportunidad era propicia para escenificar un pleito donde su padre emitía el veredicto final.
De mayor, vista su vocación, se graduó en Derecho. Fue entonces cuando Renato descubrió la vulnerable condición de no tener el amparo del magistrado. ¡Qué desazón! En el empleo de sus funciones, Renato descubrió horrorizado que a menudo tocaba perder.
Aquello era algo a erradicar, ¡él había nacido para vencer! Así fue que Renato regresó a su población, a sus orígenes, a su entorno protector. Si alguna vez había que fracasar, al menos que el juez lo consolara con un beso.
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Un padre hiperprotector, pero finalmente un relato cargado de amor.
Mi voto.
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Precioso y tierno micro. El abrazo de un padre no tiene precio y lo digo como padre. Muchas suerte.
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Ganar es siempre satisfactorio, pero aporta poco. Las derrotas son las que enseñan. Al perder sus primeros casos, por ejemplo, tu protagonista se dio cuenta del cariño protector de su progenitor, para quien todo agradecimiento siempre será poco.
Un relato con enseñanza vital, en el que el cariño paterno-filial juega un papel importante, demostrando cuánto puede marcar la relación con los padres. Por otro lado, el título es sonoro, simpático y evocador.
Un saludo y suerte, José Ignacio.
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Ese Renato debería ser un niño un tanto repelente, al que luego la vida le iba administrando las gotas de medicina amarga, que siempre aplica, por mucho que su padre le protegiera. Me ha encantado. Mi enhorabuena y mi voto.
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Precioso relato, suerte y mi voto!
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Todos buscamos ese amor incondicional. Enhorabuena por este gran relato que llega y toca sentimientos. Conseguirás lo que te propongas. Un saludo
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Felicidades, muy buen trabajo.
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Me encanta tu relato, José Ignacio.
El título es magnífico. Tiene música y resuena con sus tres erres.
Muy bien narrado tu micro, enternecedor.
Enhorabuena, tienes mi voto. Mucha suerte.
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¡Qué sería de nosotros sin nuestros padres! Me gusta el mini cuento y su título, (en mi pueblo existe una calle con el mismo apellido que tu personaje). Te doy mi voto José Ignacio y te deseo suerte.
Saludos.
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