Imagen de perfilLa ética de mis hijos

Guillermo Portillo Guzmán 

Mi cliente dijo: -¡No!, no estoy dispuesto a gastar mis cortos beneficios en reestructurar el proceso industrial para eliminar el vertido al agua de los residuos, con el fin de conservar la pesca de las angulas. Ese sector no tiene nada que ver con el mío.
Yo le repliqué: -Pero si no moderniza sus instalaciones pensando en la protección del medio ambiente, la sociedad lo eliminará sin contemplaciones.
-Ningún juez me va a decir como hacer mis fabricados -me respondió.
-Pues siento mucho comunicarle, que mi código ético personal inculcado en mi conciencia por mis hijos, me insta a rechazar su defensa.

Aquella renuncia a mi responsabilidad como abogado defensor en la nómina de la fábrica, me produjo más satisfacción que ninguno de los juicios que hasta ese momento había ganado. A pesar que desde entonces, las angulas se comercializaron en cartuchos de papel, en vez de estuches de plástico.

 

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