ALGO QUE TE HAYA MARCADO
Amparo Martínez Alonso Ir de pesca con mi padre. Disfrutar del campo, del aire, del agua llena de vida. Practicar las tres erres: respirar, reír, razonar. “Observar la naturaleza, aprender de su equilibrio y sus leyes nos ayuda a ser más humanos, libres y justos, hijo mío”, me comentaba, mientras devolvía al río la trucha que no alcanzaba el tamaño exigido. Mi padre no fue juez, ni siquiera abogado, pero supo inculcarme el respeto y sentimiento de justicia hacia lo que nos rodea. Me enseñó a valorar y conservar el medio natural… ¡Y en eso sigo! Luchando contra la contaminación; tratando de detener y eliminar los vertidos de residuos, las mareas de plásticos que ahogan nuestro planeta… Por eso elegí Derecho Ambiental, para preservar el medioambiente, la biodiversidad; para proteger los recursos naturales y evitar desastres ecológicos, pérdidas de ecosistemas…, y para que un viejo pescador sonría satisfecho al mirarme a los ojos.
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Enhorabuena. Preciosa historia. Mi voto y un abrazo!!
El buen ejemplo es la mejor enseñanza, algo aplicable a cualquier profesión, sea cual sea la que se termine por tener.
Me han gustado mucho esas tres erres. De hecho, me las apunto, a ver si soy capaz de incorporarlas a mi estilo de vida, seguro que yo mismo y quien me trate lo agradecería.
Un relato con muy buenos mensajes.
Un abrazo, Amparo
Un precioso relato de vida. De lo particular a lo general para regresar a la vida cotidiana y no por eso menos importante.¡Enhorabuena! Me gusta mucho así que te dejo mi voto.
Un abrazo
María
Transmisión de buenos valores de padres a hijos y un micro precioso. Enhorabuena por la publicación, Amparo!!
Relato limpio y positivo, como las intenciones de tu abogado protagonista. Mi voto y suerte, Amparo.
Hay enseñanzas que nunca se olvidan, Amparo. Estoy segura que ese viejo pescador se sentirá muy orgulloso de su legado.
Te deseo muchísima suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Preciosa historia, te doy mi voto!
Amparo, un relato muy emotivo, que llega al corazón.
Ese padre que sabe inculcar buenos valores a su hijo.
Te dejo mi voto y te deseo mucha suerte.
Un beso.
Te has ganado mi voto con esa nueva versión de las tres «erres». Suerte.
Un relato redondo. Una lección de vida y de esperanza. Bravo por el viejo pescador que sonríe satisfecho. Enhorabuena y mi voto.
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