EL VADEMÉCUM
VICENTA FLOR GILAños después de decretar el rescate de la concesión, gané el contencioso y el bufete organizó una fiesta: velas chisporroteantes, carteles con felicitaciones y un exótico compendio jurídico. Cuando me lo regalaron supuse que sería poco útil, además, debía añadirle una costosa memoria, altavoz y acceso internet; pero ahora es como cualquier colega, ¡qué digo!: un compi más. Delgado, tapas aterciopeladas con una llamativa cámara siempre vigilante, al abrirlo saluda amablemente y las cremosas páginas de tinta líquida se transfiguran proporcionándome información sobre mi agenda; también se pone en contacto con despachos y procuradores para luego informarme. Al principio, me servía como un Civil comentado; luego, fue capaz de sugerirme intrincados artículos según caso y ahora debatimos la estrategia de los pleitos. Sin ir más lejos, hoy ha propuesto irnos a tomar un café antes de comenzar. Sé que desea el chip de Penal. Se lo regalaré para nuestro aniversario.
+5
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Muy original y muy bien narrado. Me gusta. Ahí va mi voto.
Seductor.