INOCENTE
Margarita del BrezoHa llegado un niño nuevo al colegio. Apenas sabe leer, pero se le dan muy bien las divisiones llevando. Dice que antes vivía al otro lado del mar, en una casa con jardín, y que sus padres trabajaban en el campo. Hace mucho que no los ve, a lo mejor por eso parece tan triste. A veces, en clase, se le escapan palabras raras, como baobab, matoke o refugiado; entonces nos reímos y la maestra nos riñe. Ayer le conté que yo de mayor quiero ser futbolista. Él dijo que será abogado. Claro, es que no puede correr bien con esa cicatriz tan fea que tiene en la pierna; se la hizo jugando con una alambrada o algo parecido. Hoy me ha ayudado a hacer una división y yo le he enseñado a escribir horizonte con h. Dice la maestra que hacemos un buen equipo.
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Margarita, me encanta la historia narrada desde el punto de vista del niño y cómo interpreta lo que percibe.
Un beso.
Carme.
¡Gracias, M.Carme! Precioso detalle tu comentario. Un cordial abrazo.
Margarita, hermosa historia con esa solidaridad que tanto tenemos que aprender de los niños.
Te deseo mucha suerte aunque creo que has enebrado un cuento maravilloso y estarás en lo más alto.
Besos y aplausos.
Gracias, Towanda. Con los niños es fácil.
Enhorabuena también para ti. La suerte la llevas puesta con tu fantástica historia.
Un beso grande.
Sí, bonito relato.
Muchas gracias, Francisco.
Un saludo