COMODIDAD SIN LIBERTAD
Eva María Cardona GuaschEl móvil, atender llamadas en todo momento, sin necesidad de regresar al despacho a la carrera, supuso un gran avance para mi padre. Convencerle de las ventajas de las nuevas tecnologías no fue fácil pero finalmente dio un giro radical en sus métodos, más acordes con el ejercicio actual de la abogacía. Compró modernos dispositivos electrónicos. Se acostumbró a la agenda virtual y sus avisos sonoros alertando del final del plazo para contestar o apelar. Recibía y enviaba notificaciones a cualquier hora, en cualquier lugar. Comenzó a trabajar en casa, en hoteles. Contestaba correos electrónicos a clientes durante los fines de semana. Incluso durante las vacaciones se mantenía conectado al despacho. Pero un buen día, abandonó. ¿Jubilación?. “No, expulsión de la profesión -sentenció categórico-. Estos artilugios, invadiendo mi espacio y mi tiempo, me han condenado. Me han dominado hasta aniquilar lo que fui: un profesional liberal y libre”.