A quién le importa
Laura SoteloDesde que abandoné el bufete soy la mujer más feliz del mundo. Aunque mi legado paterno incluye la carrera de derecho y un puesto seguro en Ordóñez Abogados, el mundo de las leyes no era lo mío.
Ahora, para vergüenza familiar, soy música callejera. Lo mismo canto una dulce balada, que me convierto en una prodigio del género dramático e interpreto una ópera.
La gente se para a escucharme, y aunque acabo de empezar en este mundillo, ya tengo mi público. Los únicos que no me entienden son mis viejos colegas de profesión. Ellos pasan a mi lado con sus trajes impolutos y me miran como a una apestada. Alguno incluso sonríe de forma burlona o me suelta un improperio. Entonces me sale el animal rebelde que llevo dentro, y elevo el tono con aquel: «A quién le importa lo que yo haga…»
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Sencillamente brillante !!!
Es una lástima, porque de ese modo mis probabilidades de ganar caen en picado. Pero, hay que reconocer el genio. Mi voto
No perdamos la esperanza jajaja. Gracias por tu voto, un saludo! :)
¡Vaya cambio de vida!. Una buena historia, Laura.
Por aquí dejo mi voto. Mucha suerte.
Los cambios siempre para mejor. Muchísimas gracias, Ana :)
Eso digo yo: A quién le importa lo que yo diga… Espléndido relato, sueño confesable e inconfesable de tantos abogados. Enhorabuena, mi voto y un saludo
Así seguiré, nunca cambiaré! Muchas gracias, Nicolás, un saludo :)
Sí les importa lo que haga o diga quien ha sido fiel a sí misma; quizá les mueva la envidia. Pero como escribió Manuel Alejandro en esa canción precursora de la de Carlos Berlanga y Nacho Canut e interpretada por Raphael: «Digan lo que digan…»
Mucha y buena suerte, Laura.
De manera consciente o no, todos tratamos de ser lo más felices posible. Aquello a lo que nos dedicamos, lo que nos da el sustento, ocupa gran parte de las horas. Dedicarse a lo que a cada cual le gusta es un regalo, si no divino, casi, un verdadero privilegio. Tu protagonista no solo ha llegado a este estado de privilegio, lo ha hecho renunciando a un terreno abonado y marcado de antemano. Hay que tener mucho valor para todo ello.
Esos antiguos compañeros en el fondo la envidian, es probable que más de uno también añore dedicarse a otra cosa, además de admirar su valor, aunque no lo admitan.
Un saludo y suerte con este relato sobre la autenticidad, Laura
Buen relato, Laura. Te sumo mi voto y envío mucha suerte. Saludos
En dos palabras: «Im-presionante». Abogados que sueñan ser otra cosa en la vida y que se lanzan al vacío, sin importar la opinión de los demás. El título está perfectamente puesto. Genial, Laura. Voto y saludo.