Imagen de perfilSentencia Calculada

Guillermo Godoy Vega 

La inteligencia artificial realizó una última pregunta al acusado y sus pupilas se dilataron involuntariamente. La variación en la cantidad de dióxido de carbono exhalado, así como la disonante cadencia rítmica de su palpitar y la detección de una transpiración ansiosa no suponían un desafío para la máquina. ‒Es culpable ‒afirmó verbalmente a través de los altavoces, en una sentencia in voce sin opción a ser recurrida.
Mucho había cambiado el derecho estas últimas décadas, llevando de la mano a la abogacía hacia una paulatina transformación de su ejercicio por las y los profesionales, quienes emplean sus conocimientos y esfuerzos en garantizar vigilantes el correcto proceder del nuevo Programa Automatizado de Justicia, que la imparte sin duda de forma más eficiente pero también mucho más deshumanizada que la vetusta herencia romana. Ya están trabajando en el nuevo prototipo Ulpiano, programado para mostrar mayor empatía y crear andamiajes jurisprudenciales menos rígidos.

 

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