Imagen de perfilLa máquina de café

Maria Navedo Saurina 

Recuerdo cuando llegó la primera al despacho. Era atractiva y le buscaron la mejor ubicación. Atendía de manera eficiente nuestras peticiones aunque, a veces, la gente se agolpaba a su alrededor con un exceso de demandas. Era el lugar perfecto para intercambiar impresiones con los compañeros y razonar en Derecho sobre nuestros casos. Suponía un desafío repasar frente a ella los escritos de alegaciones al imaginar, en su reflejo, a la parte contraria. Las siguientes han experimentado alguna transformación al introducir elementos tecnológicos que las han hecho más sofisticadas. Este mes, con el cambio horario, es imprescindible en los días de vistas tempranas. La última en incorporarse, no sólo ha perfeccionado su composición suprimiendo aromas artificiales, sino que incluso habla. Me encanta oír su voz cuando dice “su bebida está lista” y ha conseguido que me tome dos antes del primer juicio del día.

 

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