Imagen de perfilCÚMULO DE DESPROPÓSITOS

MARIA PILAR MARTINEZ DE LA LLANA 

Siempre había sido la torpe de la clase, pero aquel era mi primer juicio y quería que todo saliera perfecto. Mi ensayada forma elegante de caminar no evitó que tropezara, cayendo de mis manos el expediente estrepitosamente en mitad de la Sala.
Tras mi “gran entrada”, tomé asiento y el tape de mi bolígrafo salió de repente disparado a traición golpeando en la cabeza del juez. Las risas de los presentes fueron inevitables. La rojez de mis mejillas también.
En mitad de mis conclusiones, una rueda de mi silla se partió, y a punto estuve de estrellarme contra el suelo.
Cinco años hace ya de eso. Y este martes, el Juez de lo Penal nº 2 (mi marido desde hace tres), me dijo en la intimidad que solicitó una copia del video de aquel juicio para reírse de vez en cuando al ver cómo conoció a su mujer.

 

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