Secuestro diario
Gabriel Pérez MartínezNo me considero el mejor abogado del mundo. Solo puedo garantizar que paso el día en el bufete, dedicado en cuerpo y alma a mi trabajo. Procuro lo mejor para mis clientes y estos siempre terminan contentos conmigo, incluso si les toca vivir una condena en la cárcel. Pero igual puede darse una excepción…
Ahora que voy con la boca tapada y atado en el interior del maletero de este coche, me pregunto quién me dormiría para raptarme. A juzgar por los baches, llevamos minutos circulando por un camino de campo. Frenan; se bajan; se acercan. El corazón va a estallarme cuando abren. Me cambia la cara al ver a mi hijo mayor acompañado de los dos pequeños. “Perdona papá, pero si no, no pasarías el finde con nosotros”. Rompo a llorar, pensando en todo lo que me he perdido al no hacer nada por la conciliación familiar.
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Hola Gabriel, me ha gustado tu relato.Tantas veces damos prioridad a lo de afura como el trabajo que descuidamos las cosas importante de lo de dentro de nuestra propia casa.
Emitido está mi voto. Te mando un saludo.
Muchas gracias, Anna!
Pues sí, hay que buscar un equilibrio entre la vida laboral y personal. Pienso que debemos intentar ser unos buenos profesionales e implicarnos a tope en nuestro trabajo, pero siempre teniendo en cuenta que la familia, los amigos…, el amor en definitiva, son lo que dan sentido a todo.
Un abrazo.
Buen micro Gabriel. Cuando uno ya piensa en lo mal que va a terminar el pobre abogado, asesinado por la mafia como mínimo, le das un giro de 180º al asunto y consigues arrancar una sonrisa al lector. Además, seguro que ahora escarmienta y les dedica en adelante un poco más de tiempo a sus hijos. Nunca es tarde…
Mi voto y mucha suerte.
Muchísimas gracias, Ana María!
Seguro que sí, que a partir de ahora cambia. Nunca es tarde, no.
Un abrazo!
Es una pena tener solo un cuerpo.
Saludos, Gabriel
Ya te digo, Margarita :-)
Un abrazo!
Pobre abogado, tan trabajador… no se daba cuenta de que sus tres pequeños monstruos le echaban de menos en casa. Enhorabuena, mi voto y mucha suerte!!
No, no se daba cuenta… :-)
Muchísimas gracias, Francisco Javier!
Magistral, Gabriel.
Mucha y buena suerte.
Un abrazo.
Mil gracias, Manuel!
Un fuerte abrazo y lo mismo te digo!
Peeeeero qué bonito, Gabriel.
A veces, con tanto trabajo, nos olvidamos de lo importante.
Me encanta.
Abrazote!!
Mil gracias, Towanda.
Para mí es un alegrón que te guste.
Un fuerte abrazo!.
A grandes problemas, grandes soluciones. Muy buen relato, tienes mi voto.
Un abrazo.