PASAR A MEJOR VIDA. O NO
Margarita del BrezoMe disponía a regar mi árbol del paraíso con agua recién exprimida de una nube cuando los pájaros dieron la voz de alarma. Lo dejé todo y salí volando. Tanta prisa llevaba que a punto estuvo de atropellarme un avión. Tardé unos segundos en recomponerme del susto y casi no llego a tiempo de ver cómo centenares de almas en pena saltaban la valla y conseguían entrar. Presentaban heridas de diversa índole y consideración, jadeaban por el esfuerzo y apenas podían sostenerse en pie. Pero en cuanto San Pedro cogió las llaves que colgaban de su cinturón y abrió las puertas para devolverlas, comenzaron a implorar piedad con fuerzas renovadas. Habían cometido un delito de allanamiento, según el marco legal vigente en el cielo desde hacía una eternidad.
—Eh, alto ahí —grité—, soy abogada.
Y aquí estoy, con el argumentario preparado, esperando que llegue el día del juicio final.
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Jejejeje. Muy original. Aunque, lamentablemente, la abogada va a tener que esperar «hasta el final de los tiempos». Jajajaja.
Mucha suerte
Algún día llegará el final de «algunos» tiempos. O eso espero. Hasta entonces, que no nos falte el humor ni las ganas de dar con el mazo.
Gracias por comentar, José Luis.
Un saludo
Muy ocurrente, felicidades.
Mi voto ¡y suerte!
Muchas gracias, Carolina.
Un poquito de imaginación nunca viene mal.
Sí a lo de saltar vallas, por supuesto. Y sí a leerte con muchísimo gusto. Un relato brillante, manteniendo tu apabullante nivel. Mi voto y un abrazo
Qué ganas tenía de verte, Nicolás (o lo que se llame esto que hacemos). No sabía cómo «localizarte».
¡Enhorabuena! Enhorabuena por ganar la edición. Si ya me alegré cuando vi que habías sido el elegido del mes, más aún después.
Tus bellas imágenes lo merecen.
Y gracias una vez más por tu generosidad.
Un abrazo y feliz año.
Eres muy amable y muy generosa, Margarita. Cualquier relato podía haber ganado, y no me refiero sólo a los finalistas. Sin duda, cualquiera de los tuyos lo merece, igual que los de Towanda y Marta Trutxuelo, o los de Ángel Montoro, o los de Esteban, o los de Juan Manuel, y los de tantos otros… En fin, muchísimas gracias por tu enhorabuena, te deseo todo lo mejor para este 2022 y te mando un fuerte abrazo.
P.D.: Si lo tienes a bien, te mando petición de amistad, porque acabo de descubrir (bien por mí y por mi profundo conocimiento de la informática) que, siendo amigos, puedo leerte también los relatos no seleccionados (creo).
A mí me lo ha explicado Ángel quinientas treinta y cuatro veces y sigo sin saber acceder. No digo más. Bueno, sí, que es un placer formalizar nuestra amistad.
El comienzo es divino y el final celestial.
Tú imaginación y buen hacer siguen estando en primera línea, como no podía ser de otra manera.
A la espera de la segunda remesa de relatos, mi voto es para el tuyo. Abrazos.
Pues en el séptimo cielo me hallo después de leer tu comentario.
Muchas gracias, Guillermo. Me alegra el reencuentro.
Feliz año y un abrazo
Hola, Margarita.
Te has montado una historia fantástica. Suerte con ella.
Un abrazo.
Hola, Towanda.
Llevo una temporada en las nubes, a ver si bajo un día de estos, que ya toca.
Gracias por comentar.
Un abrazo y feliz año.
Una abogada ejerciendo en el Paraíso, entre nubes y almas descarriadas… muy buena propuesta y mejor objetivo, je, jeee…
Feliz año, Marga!!! Gracias por este caramelito de relato que nos regalas para empezar la edición, una delicia!
Que tengas mucha suerte y nos seguimos leyendo, compañera!
Un abrazo
Marta
Parece un sitio idílico, el Paraíso, pero no sé yo. El tiempo lo miden por unidades de eternidad y hace falta una paciencia infinita. Espero que la mujer aguante.
Por suerte nuestro tiempo pasa más rápido y ya estamos otra vez aquí, dando rienda suelta a la imaginación.
Feliz año y que sigamos disfrutando del reencuentro y de las lecturas.
Un abrazo, Marta
Me alegro muchíiiiiiisimo de verte por aquí de nuevo, con tus alocados e inimaginables relatos. comprendo a tu abogada, pues tengo algunos expedientes que se sustanciarán cuando el de ella. No se cual será el resultado del juicio. Lo que está claro es que no cobrará la minuta. Espero que le consuele la gloria eterna. Buenísimo.
Sé que te alegras tanto como yo de tus comentarios. Así, además, podemos charlar un ratito aquí en la tierra porque no sé yo si nos veremos en el cielo (muy grande, ¿no?) y aseguramos el placer de la plática.
Espero que tus juicios sean divinos. Y que se «sustancien» toditos todos (lo que aprendo contigo).
Un abrazo
Fantástico relato Margarita, espero que San Pedro sea benevolente con nosotros. Y si te tenemos una buena abogada para el juicio final, mejor que mejor…
Mi voto y saludos.
Yo también espero algo de benevolencia. Y que actualicen el marco legal. Y puestos a pedir más, que tarde en llegarnos el día del juicio final.
Gracias, José Manuel.
Un saludo
Fantástico.
Muchas gracias, José Ignacio.
Un gran microrrelato. Tienes mi voto, Margarita.
Agradecidísima, Miguel Ángel.
Un saludo
¡Dios nos pille confesados! Originalidad y un sello personal, que invitan a leerlo una y otra vez! Mi enhorabuena, mi voto, y mis ganas de seguir leyendo más.
Abrazo!
Pues con tu comentario a mí me entran ganas de pecar, no te digo más, pero de puro contento, ehhh, no sé si eso será eximente.
Un montón de gracias, Rafael.
A veces, por tus relatos ambientados en la otra vida (que tiene que ser necesariamente mejor; nada del rajoyano «o no»), podrías llamarte Margarita del Cielo; experta en el otro mundo y criatura celestial.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Me gustaría algún día, antes de pasar a mejor vida, ser experta en algo, pero me temo que tendré que conformarme con disfrutar de comentarios como el tuyo. Y de tus historias, eso siempre.
Muchas gracias, Manuel.
Un abrazo y feliz vida terrenal
Yo también suspiro, me giro, te miro e inspiro muy profundo cada vez que te leo y voy a terminar poseído por un colibrí, intentando igualar a los conjuntos disjuntos.
Mi más sincera, y acorde con el jurado, felicitación. Escribes que alucinas.
Hala, Guillermo, no sé si emocionarme o reírme o levitar de contenta.
Muchas gracias por tu felicitación. Todavía me dura la resaca de la alegría (y de los dos vinos que me tomé ayer para celebrarlo) y aquí sigo, alucinada, encantada y sorprendida.
Precioso detalle.
He cometido un olvido imperdonable. Las palabras de mi felicitación anterior no son mías. Te pertenecen y son de tu propiedad. Las cogí prestadas para felicitarte por tu premio y ahora te las devuelvo. Gracias.
Acuso recibo ;-)
El comentario de Guillermo me ha conducido a tu excelente relato “Conjuntos disjuntos”. Enhorabuena, Margarita. Campeona en todas las distancias: en la greguería, en el microrrelato, en el medio-relato… Aunque creo que estas nuevas generaciones no conocen, como tú y yo, las Matemáticas de los 70. No saben teoría de conjuntos, aunque quizá tengan práctica en invenciones igualmente paradójicas como la del conjunto vacío.
Un abrazo.
Muchas gracias, Manuel. Ha habido suerte en el concurso. Y también en la fecha de nacimiento: vivir tan de cerca los setenta y los ochenta deja marca, que no cicatrices, y un buen conocimiento de la teoría de conjuntos. La pena es que nos vamos a quedar sin entradas para viajar al futuro. No nos va a quedar más remedio que imaginarlo y dejar nuestra experiencia por escrito.
Un abrazo
¡Por las barbas de San Pedro! Un micro dotado de una excelente intertextualidad bíblica. Imagino a aquellas almas en pena saltando la valla cuan almonteños en el Rocío, jejeje. Mi enhorabuena y mi voto. Saludos.
Tengo pendiente ir al Rocío. Por lo que me cuentan, ese salto a la valla sí que tiene algo de divino.
Muchas gracias por comentar, Francisco Javier.
Un saludo
Me encanta tu relato!
Es muy original y tiene unas imágenes preciosas.
Mucha suerte con él!
Algo nuboso, pero se espera mejoría en breve.
Muchas gracias, Yolanda.
Un relato precioso, muy poético y descriptivo. Felicidades y mi voto.
Muchas gracias, Maria.