CINCUENTÓN
Ángel Montoro ValverdeLa comida del día uno quebró el propósito de sobremesa de nochevieja. Mientras me ducho diviso en cenital un distendido e hipertrófico vientre, imposible de definir, adivinando que tras él están mis pies y alguna cosa más. Espejo frente a espejo contemplo la exagerada tonsura, sospechosa de convertirse en anillo de circo, y lamento la injusticia distributiva con que la naturaleza ha diseminado la pelambre por mi epidermis. Observo con disgusto lo mal que mi barba disimula la papada. Desde mis tiempos de facultad he venido pensando que había que liberar a la justicia de formalismos procedimentales, arcaísmos lingüísticos, estrados y puñetas, para situarla más pegada a la calle. Hoy sigo pensando lo mismo; pero mientras me recompongo el tipo camino del juzgado, no puedo dejar de agradecer a mi sastre y al 187 de la L.O.P.J. lo bien que me sienta la toga. Y lo que tapa.
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Hola, Ángel.
Humor fino. Ironía elevada a la irónica potencia. Reírse de uno mismo y, al tiempo, desear una justicia más acorde con las demandas de la realidad. Un contraste verdaderamente interesante. Me encanta tu texto. Mi mayor enhorabuena, feliz todo para ti siempre y un abrazo bien fuerte.
Gracias Eduardo por tus comentarios, siempre tan benevolentes conmigo.
Hola, Ángel
Feliz Año y felicidades por tu micro: madrugador y cincuentón. Me gusta el tono de humor que le das al hecho de llegar a esa edad.
Un abrazo grandísimo y suerte.
Feliz año literario para tí. Espero con impaciencia tu relato. Gracias amiga.
Bravo, Ángel. Espectacular.
Gracias Juanjo. Da recuerdos a Anonymous
Qué bien hilvanado todo el relato para ese desenlace estético y divertido :)
Muy bueno (en todos los sentidos) lingüística y emocionalmente.
Qué real, cercano y plástico llega el personaje al lector.
Te felicito, Ángel!!!
Uff. No se si mi cuerpo está preparado para tanta lisonja. Muchísimas Gracias.
Hola, Ángel!
Has empezado fuerte el año! Leo y releo tu relato y cada palabra y adjetivo está perfectamente elegido al servicio de la descripción de tu letrado cincuentón; me ha encantado la visión «cenital», je, je…
No te escondas bajo la toga que tu cuento tiene mucho de qué presumir.
Enhorabuena!
Ya te voté el primer día, así que, de momento… suerte!!!
Un fuerte abrazo
Marta
Buenos días Marta. Gracias por tu apoyo. Quedo a la espera de tu próximo relato.
Jajaja!
Gracias Ana.
Qué cruel es la naturaleza y el tiempo. Menos mal que el conocimiento está a buen recaudo, ja, ja, ja. Irónico y divertido, Ángel. Un abrazo.
Lo del conocimiento es un consuelo. Y comentarios como los tuyos. Gracias Salvador.
Podemos prever, querido Ángel, que tu micro de febrero se titulará «Cincuentono», en la estela de «Cincuentona» y este «Cincuentón». Y estamos de acuerdo en que la toga es como ese «mantón alfombraó, ¡sabe Dios las cosas que me habrá tapao…!»
Suerte, Ángel.
Un abrazo.
Hola Manuel. Se te ha echado en falta este mes. Imagino que has querido alargar las vacaciones. Cincuentono o cincuentonic…con gin
Gracias. Un abrazo