Felicitas García Hernández

Microrrelatos publicados

  • Un mes y dos días

    Con paso decidido, el abogado abandonó el edificio de acceso al centro penitenciario.
    En su cabeza resonaban las palabras angustiadas del encausado al que defendía:
    - ¡ No voy a poder aguantarlo, haz lo que sea pero sácame de aquí !
    Los primeros meses privados de libertad, todos los presos compartían esa letanía.
    En la calle el calor era asfixiante. Encendió el aire acondicionado en cuanto entró en el coche.
    ¡ Por fin vacaciones !
    Cruzó la verja de hierro y echó un último vistazo a los módulos que formaban la cárcel.
    Ya en su dormitorio, preparó el equipaje. Pantalones vaqueros, polos, bañador y zapatillas. Nada de trajes, ni corbatas, ni zapatos relucientes.
    Apretó la ropa y consiguió hueco para el neceser, repleto de remedios para conciliar el sueño.
    Agosto daba un respiro temporal a sus preocupaciones.
    Un mes y dos días de descanso.
    El tiempo, a veces, pasa volando.

    | Agosto 2017
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