Antonio López Campos

Microrrelatos publicados

  • Crueles eximentes

    Fue una mirada lo que acabó con ella. Se abrió al abogado como nunca antes lo había hecho con nadie. Le contó todo lo que ella era: los abusos sufridos desde temprana edad, sus problemas crónicos de salud y dinero, la constante necesidad de vigilar que el pasado no volviera, y también como todo aquello derivó lógicamente en el asesinato de sus hijos, en un intento de proteger su inocencia de la crueldad del mundo. Lo contó con una pasión desbordante, esperando encontrar en el letrado un esbozo de comprensión; un resquicio de empatía en aquel rostro erudito que le diera acceso a una mínima justificación de sus actos. Pero en sus ojos solo encontró terror, y su alma se supo condenada.

    Pasó dos inertes años en prisión antes de morir. Y murió sin sentir inquietud alguna, pues sabía perfectamente qué clase de miradas le esperaban al otro lado.

    | Octubre 2020
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