Miedo
Laura SoteloEl abogado de mamá no traía buenas noticias. Hablaban en el salón, con la puerta entreabierta, y escuché como decía que la sentencia era desestimatoria.
Ella, inmersa en un valle de lágrimas, preguntó – ¿ Eso significa que quedará en libertad?- Él asintió con la cabeza y, tratando de empatizar, le entregó unos papeles. – No debes preocuparte. Para casos como el tuyo se ha creado una comisión especial. Tendrás una nueva vida junto a tu hija, en otro lugar, con otra identidad. Durante un tiempo no podrás usar el teléfono, ni internet, pero os darán protección y tu marido nunca podrá encontraros.
Mientras el abogado hablaba de un futuro esperanzador, mamá parecía perdida en sus pensamientos. Se pasaba la mano por la cicatriz del cuello y no apartaba la vista del cajón del aparador.
Ese con doble fondo, donde guarda una pistola.
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Que bueno, Laura, un gran relato.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Ana Isabel, me alegro de que te guste!
Un abrazo!
Siempre negaré que celebro que la mujer emplee, también, esa arma jurídica.
Suerte, Laura.
Un relato redondo. Impecable. De verdad da miedo. Enhorabuena, mi voto, y un saludo
Realidades así dan miedo, está claro.
Muchas gracias por el voto, un saludo Nicolás!
Me encanta ese final, Laura, aunque no sea muy partidaria de las armas.
Bravo!!
Abrazote y suertísima.
Muchísimas gracias por leerme y por el comentario, un abarazo enorme María Sergia!