PACTOS ENDIABLADOS
Manuel de la Peña GarridoModestia aparte, soy un triunfador. Dirijo un bufete sito en la cima de Torrespacio y la Guía Chambers. Acabo de entrevistarme con los miembros de la Asociación de Afectados por Pactos Diabólicos. Confían en que, tratándose de acuerdos leoninos e inmorales, conseguiré sentencias anulatorias. He aceptado este encargo tan friki. Litigar contra los abusos luciferinos asegura publicidad gratuita en los medios. Prepararé un contundente argumentario contra cláusulas oscuras (más bien negras), renuncias ilegales…
Mi teléfono. Número desconocido: 666. Huele a azufre en mi despacho.
– Se acerca tu hora, vasallo. Pronto me pagarás tu deuda.
Un terrible escalofrío sacude mi espinazo. Recupero escenas sepultadas en mi memoria. Un adolescente mentecato, desesperado dentro de un pentagrama invertido, vende su alma si aprueba Matemáticas. Luego alcanza éxitos correlativos. Y deviene abogado famoso.
Con desquiciada premura, devoro jurisprudencia sobre contratos injustos. No puedo perder el juicio. Me enfrento a un fallo eterno.
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Endiabladamente bueno te ha salido este micro. El demonio va a tener que marcharse a otra parte con el rabo entre las piernas.
Suerte y un saludo, Manuel.
Muchas gracias, Margarita. Al menos esperemos que no enrede y no necesitemos exorcizar el Concurso.
Reitero mi deseo de que tengas suerte.
Manuel… me ha encantado la ambientación del relato: Torrespacio y Guía Chambers, ja, jaaaa… muy bueno.
Ten cuidado porque te estás volviendo un clásico en este concurso y además de presencia obligada (como yo, que honor!) estás condenado a repetir éxito tras éxito… eso sí que es una sentencia eterna… cuidaditoooo!!!
Te deseo mucha suerte, aunque no la necesites y te mando un voto, porque te lo mereces!
Un abrazo, Marta
Iriarte, colega de Samaniego (otro ilustre vasco como tú), concluyó una de sus fábulas con esta moraleja: «si el sabio no aprueba, malo; si el necio aplaude, peor». Así que viniendo el elogio de una docta microrrelatista, no habiéndote limitado a darme un aprobado, sino poniéndome por las nubes,me doy por plenamente satisecho.
Muchísimas gracias por tus generosas palabras.
Te reitero mis mejores deseos, Martutxu.
Un abrazo.
Hola, Manuel.
Modestia aparte, eres un excelente microrrelatista.
Me gusta muchísimo esta historia ambientada en el demonio y sus pactos. La cima de Torrespacio, el olor a azufre o los abusos luciferinos están muy bien traídos a la historia.
No vas a perder ni te enfrentas a un fallo eterno porque el micro es estupendo.
Te deseo muchísima suerte y, por su puesto, mi apoyo: la niña bonita (el 15).
Un abrazo grande, Manuel.
Muchísimas gracias, María, Towanda, ángela buena, niña bonita.
Estamos, como siempre, ávidos de conocer qué te han sugerido las palabrejas del mes.
Mis bendiciones, alejado del Maligno, aunque también trabaje, hasta ahora, en Torrespacio.
Un abrazote.
Manuel, tu relato es brillante, como siempre.
Muy logrado. Te confieso que, leyéndolo, llegué a percibir el tufillo de azufre.
¡Suerte!
Muchas gracias, Eva María.
Pero no se te ocurra caer en la tentación, que ya eres una excelente abogada y microrrelatista sin ayuda de los seres perfumados con azufre.
Te reitero mis deseos de que vuelvas a tener suerte.
Enhorabuena, Manuel.
A ver si te llevas el mensual.
Un abrazo enormísimo.
Muchas gracias, María.
Ojalá podamos ganar los dos un mensual, como el año pasado. Y puestos a pedir, luego el anual ex aequo.
Un abrazo, Towanda.
Jajaja, no estaría mal.
Está complicado, pero por soñar… que no quede.