IMBECILIDAD ARTIFICIAL
ANTONIO LUIS MIRANDA SANCHEZComo indican todos los algoritmos, mi cliente será condenado. No obstante, continúo programando variables en un último intento de encontrar una alternativa de defensa eficaz. El Auto de procesamiento es contundente y la prueba de la acusación, definitiva: un poema manuscrito sin ninguna armonía, falto de rítmica y métrica, sin alegorías ni metáforas. El cliente admitió su autoría; mal asunto. Hackeó su propio asistente virtual interno, dejándolo temporalmente anulado, para poder escribir unos versos sin ayuda del Sistema. “Sólo quería probar lo que se siente, no lo iba a publicar ni a regalar”, me aseguró entre lágrimas. Pero nuestro ordenamiento legal no contempla atenuantes para ese tipo de actos. Si no logro su absolución, será desconectado del Sistema y su raciocinio quedará asimilado al de nuestros antepasados. Pasará el resto de su vida pensando por sí mismo. Antiguamente ese estado se confundía con la libertad; hoy lo consideramos imbecilidad artificial.
+19
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Pensar por sí mismo ha sido, tradicionalmente, algo visto con recelo por las autoridades de toda época. Mucho habría cambiado el mundo y a peor si escribir un poema se convierte en delito. Creo que muchos nos quedaríamos con esa «imbecilidad artificial» de «nuestros antepasados», por ineficaz y poco práctica que pudiera considerarse en un mundo avanzado.
Interesante planteamiento, Antonio Luis.
Un saludo
Gracias por tu comentario. Suscribo tu reflexión y yo también me apuntaría a la «imbecilidad artificial». Saludos
Muy original el cuento, retrato distópico de la era de la inteligencia artificial.
Felicidades.
Muchas gracias por tu comentario. Saludos
Jo, qué triste comprobar que, por mucho avance tecnológico, la imbecilidad no desaparece.
Ironías a parte, me gusta tu historia.
Gracias por tu comentario.
Enhorabuena, Antonio. Gran relato, y reflejo de la incidencia de las nuevas tecnologías en la labor de los abogados.
Mi voto, y suerte.
Gracias por tu apoyo.