Imagen de perfilDos agujas

Juan José Redondo 

– Así que aconsejó usted al señor Nosferatu acerca del empleo del reloj sin agujas para preservar un privilegio inmisericorde sobre sus sirvientes, quienes no pudieron ceñirse a ningún horario.

– Eliminé ciertamente, Señoría, el riesgo de disputas sobre las horas a trabajar. Un paso atrás hubiera puesto en entredicho la autoridad del señor vampiro respecto a la servidumbre. Además, ¡eso ocurrió hace muchísimo tiempo y entonces se ajustaba a derecho!

Acto seguido el fiscal llamó a declarar al servicio. Pronto aparecieron ocho o diez personas a quienes desconocía. Sólo sé que en su momento había tejido una compleja maraña legal que los condenó al trabajo y al hastío. Pusieron su mirada en la mía aquellos espectros, visibles únicamente para mí.

Aterrorizado eché a correr, pero uno de ellos me trastabilló con la aguja pequeña y otro me atravesó la espalda con el minutero.
No sé qué hora podría ser.

 

+8

 

Queremos saber tu opinión

6 comentarios