MALA PRAXIS
Esteban Torres SagraYo era un picapleitos, de esos que queman su salud redactando reclamaciones, rellenando solicitudes y escribiendo cartas disuasorias a morosos. Pero el covid cambió mi vida, si no mi vida, sí mis ingresos, que a cierta edad son lo mismo. Encontré acceso a un nicho de empleo fabuloso. Muy fácil: vigilar a los municipales en pleno centro para que al incoar sanción a un ciudadano, poder personarme, como por casualidad, y enfrentarme a la Administración en su nombre. Muchos clientes suelen “propinarme” algún billete por proteger sus intereses, aunque cuando se va la policía les recrimino su actitud por lo bajini. Lo consigo casi siempre aludiendo a vacíos legales de la norma… y eso que nunca estudié Derecho. Bueno, a lo mejor también tiene algo que ver con mis resultados que los municipales no son municipales, sino un par de tipos que trabajan para mí, por supuesto, sin contrato
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En situaciones de crisis generalizada, como una guerra (el actual combate contra el dichoso virus lo es), se producen retrocesos, problemas y sufrimientos, pero siempre aparece algún avispado que, bajo una perspectiva diferente y en su beneficio, sabe cómo sacar provecho. El montaje de este abogado de pega, un sujeto conocedor de las circunstancias y falto de escrúpulos, seguro que le produce pingües ganancias, libres de impuestos, además.
Si estos profesionales del mal empleasen su ingenio indudable en el bien de la Humanidad seguro que a todos nos iría mejor.
Un relato en el que nada es lo que parece, con giros que sorprenden y una situación que podría ser creíble, con estafa al prójimo incluida.
Un abrazo, Esteban
No se puede explicar mejor la situación. Muchas gracias, Ángel.
Esteban, te lo he dicho antes y te lo repito: me encantan tus historias siempre con ese toque tan especial con que las dotas. Enhorabuena y mi voto.
Por cierto, en qué calle va a estar tu gente?
Un abrazo
Como vivo en Úbeda debe ser en la calle Melancolía (homenaje al paisano Sabina) pero realmente pensaba en el barrio de Salamanca por dos motivos: las «propinas» serán generosas y el índice de contagios favorece el negocio. Muchas gracias por tu comentario y por tu voto. Suerte.
Buen relato, bien contado y original, como nos tienes acostumbrados, pero…, no des ideas que seguro que habrá algún desaprensivo que la querrá aprovechar. Un abrazo.
Gracias. Seguro que hay aprovechados en cualquier campo. Me viene a la mente la imagen de Chaplin cuando era cristalero y el niño iba delante rompiendo ventanales.
Me encanta que los municipales no sean municipales. Qué gran ironía… :)))))))))
Un beso.
Muchas gracias. Nada es lo que parece. El abogado al final he preferido que no fuera abogado, sino un impostor aprovechado por aquello de salvaguardar la imagen del buen profesional.
Hola, Esteban.
Mala praxis en todos los sentidos!!!!
El reflejo de una actuación de la sociedad al completo.
Una cadena de mala praxis/actuaciones/comportamiento que, al final, nos repercute a todos.
Un relato que remueve conciencias, que descubre las malas artes, que se esconden bajo «uniformes/formatos legales».
Mi voto a tu Mala Praxis!! :)
Un abrazo.
Muy agradecido por tu comentario y tu voto. Las épocas de crisis son caldo de cultivo para la picaresca.
Ese toque de humor que envuelve una realidad propia de la picaresca de un carácter. Necesitamos sonreír a pesar de todo. Enhorabuena.
Muchas gracias. Pues sí el humor es el paracetamol del alma.
Ojalá solo fuera ficción de la bien escrita, como la tuya.
Brillante, como de costumbre. Un abrazo.