Imagen de perfilHASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO

Alberto Arroba Malpica 

Viejos, inadaptados, inservibles y apartados. Son palabras con las que la sociedad ha marcado a los moradores de este lugar. Personas a las que debo vigilar y proteger porque su edad y salud mental los ha abocado a esta situación. Son sus fichas y expedientes los que ahora hablan por ellos, pues apenas pueden mantener una conversación con sentido. Sin embargo, si prestas la debida atención puedes llegar a apreciar una leve sombra de lo que fueron un día. Es el caso de Andrés Salvatierra, incapaz de reconocer una cara familiar, pero no hay día que pase sin que tenga un momento de lucidez para defender una causa perdida, asesorar a uno de esos inadaptados o engatusar con su oratoria a los enfermeros. Es probable que Andrés no vuelva a tener acceso a un juzgado, pero él jamás dejará de sentir que es abogado.

 

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