HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO
Alberto Arroba MalpicaViejos, inadaptados, inservibles y apartados. Son palabras con las que la sociedad ha marcado a los moradores de este lugar. Personas a las que debo vigilar y proteger porque su edad y salud mental los ha abocado a esta situación. Son sus fichas y expedientes los que ahora hablan por ellos, pues apenas pueden mantener una conversación con sentido. Sin embargo, si prestas la debida atención puedes llegar a apreciar una leve sombra de lo que fueron un día. Es el caso de Andrés Salvatierra, incapaz de reconocer una cara familiar, pero no hay día que pase sin que tenga un momento de lucidez para defender una causa perdida, asesorar a uno de esos inadaptados o engatusar con su oratoria a los enfermeros. Es probable que Andrés no vuelva a tener acceso a un juzgado, pero él jamás dejará de sentir que es abogado.
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Grandísimo relato. Brillante. Enhorabuena y mi voto. Tu retrato, rebosante de humanidad, es un puñetazo en toda regla al olvido de la vejez.
Gracias por el comentario y el voto. Siempre es un placer recibir unas palabras amables. Un saludo.
Ojalá más cuidadores como el narrador del relato. Ojalá ver personas y no trastos inútiles. Me ha conmovido. Excelente.
Muchas gracias. Todos merecemos respeto y dignidad, sobre todo nuestros mayores, pues fueron quienes marcaron nuestros pasos.
Me encanta tu abogado Salvatierra, tan idealista como mi abogado de corcho. Mucha suerte, ahí tienes mi voto y un abrazo desde mi árbol :)))))))))
Muchas gracias, Marta.
Generas un particular ambiente, intenso y asfixiante. ✋