UN CAMPO DE LAVANDA
ANTONIO LUIS MIRANDA SANCHEZElla camina por un campo de lavanda, abriéndose paso con sus manos y dejando una larga estela violeta tras de sí. De pronto, la imagen torna a negro y un aviso centellea: “No está conectado”. Ese mismo sueño se me repite las últimas noches y nunca puedo distinguir el rostro de esa mujer.
Hoy terminan mis vacaciones; vuelta a la rutina, el retorno del estrés, varias demandas pendientes de formular y una cita urgente en el despacho.
Tras tomar asiento, la mujer me pide asesoramiento para el divorcio que quiere iniciar. Le explico el procedimiento y destaco la posibilidad de negociar una serie de pactos. Ella duda y con voz tenue me pide tiempo para pensarlo. ”Él todavía no sabe nada”, dice a modo de disculpa, bajando aún más el tono de su voz. Al marcharse del despacho contemplo esa silueta que se aleja. Y al fin lo entiendo todo.
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Un relato con aroma a lavanda de principio a fin. Muy bien ensamblado. Suerte en el concurso.
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo
Qué entrañable
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