Se amaron

Manuel Monje Pajuelo · Madrid 

Un hombre y una mujer se amaron. Jurisdicción y territorio dudosos. El abanico se abre, de lo civil contractual a lo penal delictivo. El dolor, la intención, la negligencia, la culpa, el juez debe hacer caso omiso de la palabrería del letrado defensor y del relato inquisitivo del fiscal e indagar más allá. La fragilidad de la ternura, el estambre de una bombilla caliente que se rompe al roce. No vengas esta noche, tengo catarro, no tengo pena de no estar contigo, no quiero que duermas a mi lado. No eres mi premio, no soy tu sosiego, no me alientas, no me alcanza tu deseo, no te recuerdo. No hay forma ni reforma de leyes que arregle lo nuestro. Me entrego a la tristeza y rescato la vida, antes de que me la arrebates por tu mano siempre amiga.

 

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