J´ACCUSE

Kalton Bruhl · Comayaguela (Honduras) 

Cuando acudí al llamado de mi viejo amigo, éste se encontraba en cama, afectado por un fuerte catarro. Sonreí con tristeza. La luz de la bombilla, acentuaba su deterioro físico. – Me alegra que haya venido, mon ami -susurró- hay algo que debo contar. Hay un crimen que ha escapado a toda jurisdicción y castigo. Un inocente fue condenado por el orgullo de un ambicioso joven. Suspiró antes de continuar: – En 1894, cuando una celebridad como Alphonse Bertillon, le buscó, solicitándose su ayuda en un dictamen grafológico, lo vio como un premio a su inteligencia. Las muestras no se parecían en absoluto, pero su ambición le cegó. Alfred Dreyfus fue enjuiciado por ese dictamen y aunque sabía que reconociendo su error podía lograr la reforma de la condena, decidió callar. Mi viejo amigo, alzó el índice y gritó: – ¡J´Accuse!, me acuso a mí mismo, ¡Acuso a Hércules Poirot!”

 

 

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