Abogado de vocación

Miguel ¡µngel García Rodríguez · Valladolid 

Muchos piensan que los abogados estamos todos forrados. No les culpo, el desconocimiento es lo que tiene. En mi caso mi sueldo apenas me alcanza para vivir en un piso pequeño, con una calefacción deficiente; así que me agarro unos catarros importantes. Cobro tan poco que el otro día me vi obligado a realizar yo mismo una pequeña reforma, cuando no había cambiado ni una bombilla en mi vida. Recibí el primer premio de mi promoción en la carrera de Derecho; pero mi fallo ha sido que poseo ideales. Lo que, hablando en términos legales, significaría que mi jurisdicción abarca a todo aquel desamparado que necesita ser defendido. A estas alturas lo habrán adivinado, trabajo en el turno de oficio, y me siento orgulloso por ello.

 

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