Imagen de perfilMEJOR CON FLORES

Rosalía Guerrero Jordán 

Cuando Clara me habló de la investigación que estaba llevando a cabo en el laboratorio le expliqué que no era lícito usar semejante manipulación química para modificar la conducta humana. Ella contestó que solo se trataba de activar los mecanismos cerebrales de la empatía para así mejorar la conciliación entre las personas.
Por supuesto, desoyó mis consejos legales, y también mis amenazas de no defenderla si la pillaban. Siempre fue muy cabezota, y al final acabé ayudándola a disolver aquel polvo rosa fucsia en la red de agua potable.
La gente, poco a poco, dejó de discutir. Después, los programas del corazón vieron desplomarse su audiencia. Ahora, incluso se han acabado las guerras.
Y aunque todavía hay quien bebe agua embotellada, en mi gremio nos estamos quedando sin trabajo. Creo que me voy a postular como jardinero: últimamente, todo el mundo se regala flores.

 

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