Imagen de perfilUn día de playa

Sara Rodero Borrego 

Es agosto. La playa está repleta de hermosas mujeres. La mía me nota distante. Le manifiesto mi necesidad de programar mi día para adelantar trabajo de cara al mes de septiembre. Ella, convencida de mi reputada trayectoria como abogado, me da vía libre. Antes eso sí, me lee el titular de un artículo: “En verano crecen los divorcios- somos la excepción- añade.»
No sabe que en la carpeta le pido el divorcio. Estoy nervioso pero me distraigo observando a las bañistas. Estoy tan desestresado que me quedo dormido. De repente noto cómo una ola toca mis pies. Mi mujer grita:
-“¡Cariño, el agua ha mojado el documento!, ¿era algo importante?”
Súbitamente abre la carpeta, solo se aprecia: “Demanda de divorcio”.
– “¿Lo ves? Otros que se separan. Menos mal que la ola lo ha fastidiado. Lo mismo da tiempo a que se lo piensen.”

 

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