Imagen de perfilXenogénesis, ¿qué nos queda?

Àlex Formentí 

Después de llegar a casa mentalmente exprimido me tumbo en el sofá y consumo con desidia una película de Schwarzenegger.
El cansancio me vence y en el televisor un tipo duro con gafas de sol es reemplazado por una noticia urgente: «¡Eureka! La ingeniería mecatrónica desarrolla un robot capaz de impartir justicia».
¿Cómo puede un cúmulo de cables asumir esa responsabilidad?
Me vienen al recuerdo antiguas charlas con compañeros de la facultad: «Deberíamos fortalecer el espíritu crítico, este sistema de aprendizaje puramente memorístico elimina la diversidad de raciocinio y limita nuestra creatividad».

En nuestro interior imperaba la entelequia que bebe de las películas hollywoodienses, un refugio indómito que garantizaba el éxito frente a cualquier intromisión. Pero ahora ni en ese subterfugio encontramos seguridad y un lego en derecho puede derrotar a abogados de élite. Gracias Suits…

Me despierto sobresaltado. La película ha terminado, al menos la de la máquina aniquiladora.

 

+4

 

Queremos saber tu opinión

2 comentarios