La mente del anciano es una colección de postales. Aunque le cuesta enfocar, diversidad de imágenes acuden como un delirio. ¿Por qué las remembranzas se presentan siempre con esa pátina sepia de las películas antiguas? ¿Por qué los recuerdos acontecen reproducciones borrosas? La máquina a la que está conectado emite un zumbido y el anciano rememora su infancia entre los panizos de Zaragoza, sus años universitarios en la Facultad de Derecho, su trabajo como abogado. Siente orgullo al repasar la responsabilidad con que ejerció su profesión, todas las veces que defendió a los más débiles en el turno de oficio. El mundo de las leyes fue su mundo, sus alegatos consiguieron fortalecer la armadura de su existencia.
De su boca sale un suspiro quejumbroso, la muerte emite un mandato urgente. El anciano está preparado, repetiría su vida tal y como la vivió. Entonces, con seguridad, pulsa el botón de recomenzar.