Imagen de perfilUna ilusión cumplida

Joaquín García 

Abrió el neceser para retocarse el maquillaje. La defensa del encausado comenzaba en breve, así que se dio prisa y apenas estuvo unos minutos en el retrete de los juzgados de lo social. Hacía bastante calor dentro del edificio, aunque su sudor respondía más a los nervios y al miedo. Tras cinco años en el bufete como abogada, era la primera vez que iba a llevar un caso. Cuando salió al pasillo y vio el rictus airado de su jefe intuyó el temporal. «Con los aprendices, mano de hierro.», solía decir. Gritos y desprecio ante todos los presentes era el trato habitual con el que el viejo abogado laboralista trataba a sus jóvenes trabajadores. Pero ella no lo escuchó, ilusionada al entrar en la sala donde iba a comenzar la vista por la que demandaba a su jefe por acoso laboral. Su primer caso al fin.

 

+13

 

Queremos saber tu opinión