Imagen de perfil¿Intuición u oportunidad?

Calamanda Nevado Cerro 

A la vez de introducir la llave en su flamante porsche, el abogado echó un vistazo al nuevo fiscal interino: se le atragantó la saliva en la nuez. Aparcaba un desvencijado y descolorido auto junto a su plaza de aparcamiento. La –L- y el rugido del motor anunciaban su experiencia al volante.
No deseaba un incidente con él y salió del vehículo para indicarle, cuando un gato negro le saltó encima desde una papelera cercana. Vio volcarse su gastada carpeta y las pruebas de inocencia de su defendido sobre un enorme charco de pis y escuchó el chasquido del cristal de los faros traseros de su coche, y su teléfono. Era su cliente arrepentido de mentirle; prometía lo imposible si tiraba la toalla y cambiaba su alegato de inocencia.
Allí mismo, ante la fecha vencida del seguro del sustituto, decidió que carecía de sentido acudir esa mañana a su boda.

 

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