Imagen de perfilEL CARGO DEL HEREDERO

MARIA DE GRACIA PERALTA MARTIN 

Te miro a través del cristal y no puedo creerlo. Fuiste mi modelo. Alcanzaste la cima en tu profesión y te he admirado siempre.
Ahora veo como te consumes en ese banco, donde tu piel se torna cetrina y tu tez cada vez más morena, por tus largas jornadas al sol. Te observo, alejado, y sonrío, al verte vestido con tu toga. Nadie es capaz de quitártela. La cuelgas en la percha de tu habitación cuando te asean, o te vas a la cama, agotado, para dejar libertad a tu mente atormentada.
Tu culpa, no haber estimado la pretensión de la actora. Tras su muerte, dejando a dos niños huérfanos, olvidaste tu realidad. Pero no olvidaste imputarme un cargo. Esos niños ya disfrutan de la renta vitalicia que me encomendaste.
Nunca faltaré a nuestra cita, sabes que aunque mis juicios se dilaten, al atardecer pasearemos juntos hasta y donde quieras.

 

+6

 

Queremos saber tu opinión

3 comentarios