EL CARGO DEL HEREDERO
MARIA DE GRACIA PERALTA MARTINTe miro a través del cristal y no puedo creerlo. Fuiste mi modelo. Alcanzaste la cima en tu profesión y te he admirado siempre.
Ahora veo como te consumes en ese banco, donde tu piel se torna cetrina y tu tez cada vez más morena, por tus largas jornadas al sol. Te observo, alejado, y sonrío, al verte vestido con tu toga. Nadie es capaz de quitártela. La cuelgas en la percha de tu habitación cuando te asean, o te vas a la cama, agotado, para dejar libertad a tu mente atormentada.
Tu culpa, no haber estimado la pretensión de la actora. Tras su muerte, dejando a dos niños huérfanos, olvidaste tu realidad. Pero no olvidaste imputarme un cargo. Esos niños ya disfrutan de la renta vitalicia que me encomendaste.
Nunca faltaré a nuestra cita, sabes que aunque mis juicios se dilaten, al atardecer pasearemos juntos hasta y donde quieras.
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Me a gustado mucho. Animo a la autora a que siga escribiendo en esa línea.
Muchísimas gracias Begoña, lo intentaré. Me alegra infinito que te haya gustado.
Un abrazo
Me ha gustado muxo María.Te deseo lo mejor.