LA NUEVA SOSTENIBILIDAD
Margarita del BrezoQue nuestro mundo ha cambiado a causa de la pandemia es indiscutible. Yo, por ejemplo, ya no trabajo en el despacho. Para facilitar el acceso de la gente necesitada a la Justicia, me acerco todos los días al lugar donde hacen cola durante horas para recibir algo de comida que les reconforte el ánimo y el estómago y, a través de la incómoda mascarilla, les asesoro de forma eficaz sobre su ERTE, los despidos improcedentes e incluso los impuestos de sucesiones que ahora no pueden pagar después de no haber podido despedirse tampoco. Por supuesto, guardando en todo momento la distancia de seguridad. Luego, ya en casa, lleno de agua dos vasos para brindar con mi marido por «la paz, la justicia y las instituciones sólidas», el objetivo por el que siempre hemos trabajado, mientras él dispone sobre la mesa el menú que acaban de entregarle en la cola.
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Un relato duro, mordiente y real. En efecto, hay muchos compañeros que lo han pasado mal sin ingresos durante la pandemia. El giro final, impresionante: pasando del altruismo a la limosna. Un gran, gran relato. De las colas de la justicia a las colas del hambre. La espera ha merecido la pena.
Una de las razones por las que me gusta que seleccionen mis historias es para disfrutar de tus comentarios, Ángel. Creo que voy a pedir al jurado que lo hagan con más frecuencia ;-)
Y ahora hablando más en serio, ninguno estamos libres de hacer cola. No me gusta ser tremendista, pero esto es tremendo así que no queda otra que echarnos una mano, o las dos, para tratar de salir adelante sin demasiadas taras y sin demasiadas colas.
A ver cuánto tenemos que esperar.
Un abrazo
Margarita, impacta tu relato, con ese final que hace que uno se sobresalte en la silla.
Me ha encantado.
Esta nueva sostenibilidad es como el virus que la ha provocado no conoce fronteras ni seres humanos, ataca a todos.
Te dejo mi voto y te deseo mucha suerte.
Besos.
Hola, Javier.
El virus es el que nos ha impactado a todos y nos ha pillado desubicados. Como bien dices, no entiende de idiomas ni lugares ni profesiones y son muchos los que se encuentran con que no pueden llegar a fin de mes. Y lo que nos queda.
Muchas gracias por tus siempre generosos comentarios.
Besos.
Me ha encantado tu relato. Pura maestría de la palabra para describir nuestra actual situación. Mi felicitación y voto.
Pues qué alegría me das, Francisco, y hacen falta alegrías, así que agradecida. Y mucho.
Un relato genial, Margarita. Una historia dura que refleja el difícil momento que nos toca vivir.
Te deseo mucha suerte y te envío mi voto.
Un beso.
¿Qué complicado todo, verdad?
Muchas gracias, Ana Isabel.
Un beso
Quienes solidario incluso en los peores momentos, aportando aquello que mejor sabe y puede hacer, merece todos los agradecimientos de la sociedad. Esta mujer es un claro ejemplo.
Una historia con un giro sorprendente, no por ello menos apegado a la realidad, que hace hincapié en esa vida actual en la que nos encontramos, por la que todos hemos pagado o pagaremos un precio y que no tiene visos de solucionarse en breve plazo.
Un abrazo, Margarita
Pues sí, ayudar a los demás nos ayuda a nosotros mismos, aunque a veces no nos demos cuenta.
Una historia real, desgraciadamente, y como bien dices, que no tiene un final a corto plazo.
Ojalá también fuera de la ficción podamos escribir un giro sorprendente. Que no sea por no intentarlo, no en vano nosotros somos también los protagonistas.
Gracias por pasarte, Ángel.
Un abrazo.
Margarita, qué buen relato y qué duro, sin barreras entre el solidario y el necesitado. Toda una sorpresa ese final.¡Enhorabuena!
Me alegra haberte sorprendido, María.
Ojalá nos sorprendamos todos con un final de esta pandemia antes de lo esperado.
Gracias por comentar.
Margarita, un relato que sacude conciencias. Que son malos tiempos para todos, lo refleja tu excelente giro final.
Te deseo muchísima suerte y sumo un nuevo voto sostenible.
Besos apretados.
De una forma u otra, a todos nos toca. A unos les golpea de lleno, a otros les salpica y no falta quien tropieza con los cascotes. Solo queda echarnos una mano, o las dos.
Muchas gracias por tus ánimos, por tu voto, por tu afecto.
Un beso
He disfrutado con tu microrrelato. Suerte y mi voto!
Qué bien, Wibo. Gracias por decírmelo.
Un saludo
Qué alegría volver a leerte, Margarita. Tu relato, como acostumbras, es tan bueno como tristemente real, a la par que esperanzador. Qué bien mezclas la generosidad con la necesidad. Una narración muy medida, con un final inesperado que te deja la sonrisa a medias. Espero que tu prota remonte, como espero que todos remontemos para, por lo menos, no ser peores que antes. Enhorabuena, mi voto, y mucha suerte. Un abrazo.
Si de mí dependiera, Nicolás, vendría todos los meses por aquí, entre otras cosas para no perderme comentarios como este tuyo.
Una época difícil la que estamos viviendo; nos va a tocar remar, y a contracorriente, y no hay barcas para todos así que mejor compartimos las que haya y, además, aprendemos a nadar.
Muchas gracias por tus palabras y una alegría volver a charlar un ratito contigo.
Un abrazo
Muy bueno, Margarita.
Bueno, inteligente, triste, real y sorpresivo final.
Qué más se le puede pedir de a un microrrelato???
Que, además, esté tan bien escrito como este!!!
Mis felicitaciones y mi voto.
Un abrazo grande.
Vaya, Amparo, me dejas sin palabras.
¡Qué contenta me pongo!
De todas formas, a ver si eliminamos pronto «triste y real» y podemos cambiarle el final a esta historia que nos afecta a todos.
Un abrazo y un millón de gracias.
Un relato que nos adentra en una dura y triste realidad a la que todos estamos expuestos. Empatía y unión es parte de la solución. Muy bueno, Margarita,. un abrazo y suerte.
Empatía, bonita palabra, y no me refiero a su sonoridad. Hay que practicarla un poquito más, hasta que consigamos que sea automática. Algún día. Ojalá no sea tarde.
Gracias, Salvador.
Un abrazo
Micro con giro incluido. Uno lo que teme, con tantas incertidumbres, es que su vida dé un giro como el del relato: sombrío. Voto.
Y eso sí tenemos la suerte de no haber girado ya.
Luego está la incertidumbre, que también es un bicho que baja las defensas y sube el nivel de nervios.
En fin, de locos.
Gracias por tu voto y por comentar, Manuel.
Y que haya suerte y salud.
Un relato bien narrado y con magnífico giro final. ¡Enhorabuena! Tienes mi voto.
Me alegra que te guste, Julio, y que lo digas. Ojalá el próximo relato cuente que hubo una vez… y nunca más.