Superlaw

Eva María Cardona Guasch · Ibiza 

De cómo sucedió exactamente darán cuenta relatos más largos. Sólo diré que un día, durante un espinoso juicio, hallé repentinamente la inspiración para sostener mi alegato; salieron de mi boca fundamentos jurisprudenciales alguna vez leídos y jamás memorizados. Desde entonces adquirí sin esfuerzo las claves más abstractas del pensamiento jurídico, pude recitar con ritmo y estilo jurisprudencia y normas. Mi mente jurídica se había expandido. Sorprendía al abogado más sagaz y descolocaba al más ecuánime de los magistrados. Mi fama creció; mi asistencia en los Tribunales se acogía con expectación. De gris picapleitos me convertí en Superlaw. ¡Qué exitosa sinrazón! ¿Cómo ocurrió? ¿Me subieron a la cabeza las vitaminas del gazpacho? ¿Los bífidus del yogur? Únicamente recuerdo que la primera mañana de mi nueva vida, amanecí con una picadura en la frente y que jamás volví a ver a la vieja araña que solía habitar mi polvorienta biblioteca.

 

 

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