El romántico

Mar Horno García · Torredonjimeno (Jaén) 

Federico siempre había sido un sentimental, un romántico, hasta el punto de que se vanagloriaba con orgullo de que nunca había dicho una palabrota. Sin embargo no había encontrado su amor verdadero. Hacía tiempo que había abandonado la fiscalía y el birrete para dedicarse a escribir novela rosa bajo el seudónimo de Clara Blue. Había adquirido la costumbre de asistir, todos los domingos, a alguna que otra boda en la Iglesia de San Juan. Cuando los novios se decían el sí quiero se le escapaba una lagrimilla solitaria que se limpiaba discretamente. Siempre mantenía la secreta esperanza de que cuando el cura dijera «…que hable ahora o calle para siempre» alguien irrumpiera en el templo con un firme propósito: la detención de la boda. Entonces se armaría el 2 de mayo y él, en medio del revuelo, tendría la oportunidad de acercarse para consolar a la preciosa novia.

 

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