Un mes libre

Juan Francisco Mármol Aroca · Vélez-Málaga 

Se aproxima agosto. Parece mentira. Mis amos me dejarán tranquilo durante un mes. Irán a rebozarse en la sucia arena de la playa mientras yo quedo solo, libre de mi condena cotidiana, sin tener que verlos día a día, con sus ridículas corbatas, sin que me profanen abriendo mis balcones, sin que me pisoteen con sus zapatos caros, libre desde la sala de espera hasta el último de mis rincones, sin oír esa lacerante e inacabable maqueta de cuando uno de ellos tocaba en un estridente grupo de Rocanrol… tanta guitarrita y tanto berrido, sin oír mentiras ni llantos del personal que en ocasiones se me antojan cómicos. Libre al fin para poder deglutir en silencio los informes, las sentencias, los recursos… Libre para aprender y descansar en mi pacífica oscuridad, entre aroma de papel y cañerías. Libre hasta septiembre, cuando todo volverá a tornarse cotidiano, aburrido, gris.

 

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