Sol y playa

Juan Pablo Sánchez Miranda · Montijo (Badajoz) 

La arena ardía bajo el sol abrasador de agosto. Las olas al chocar contra la orilla exhalaban un vaho pegajoso que se adhería a la piel. No soplaba ni una gota de aire ese día. Para el magistrado Miranda era una tortura estar leyendo ese informe en plenas vacaciones, y más a esas horas en las que la mente se encontraba aletargada como un oso hibernando. Aburrido y adormilado, pensó en la maqueta (era aficionado a construir maquetas) que casi había terminado: ésta imitaba con todo detalle la sala en la que trabajaba. Había empleado horas en moldear cada uno de sus rincones y personajes. Tan sólo faltaba él. Pero eso no era problema. Al acabar la tarde su hija vendría a recogerlo a la playa, achicharrado por el sol, encogido completamente y convertido en una bonita pieza de marquetería perfectamente conseguida.

 

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