Rap y condena

Angel Silvelo Gabriel · Madrid 

Mi madre decía que no existía peor condena, que tener hambre y no tener cena. Que errada que estaba, ya entonces no se enteraba. Ella no sabe lo fácil que es, tener cena dentro de la trena. Rap, rap, rap y condena. Abogados, jueces, magistrados, todos ellos trajeados, bronceados y endiosados. Sólo buscan una cosa a la que llaman justiciosa. Amurallados entre informes y audiencias, sólo cavilan oscuras sentencias. En unas salas refrigeradas y mal informatizadas. Rap, rap, rap y condena. Mi maqueta, es mi sardineta hacia todo lo que me aprieta. No hay toga más oscura, que soportar esta tortura. Ya en vano llega el verano sin la libertad en la mano. Mi madre desconocía que no existía peor condena, que no poder tomar el sol en la trena. Porque aquí, no hay arena, ni una sombrilla ni un bote de crema. Rap, rap, rap y condena.

 

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