Lazos de sangre

José María Mediero García · Arévalo (¡µvila) 

Romualdo Carnicero era un repugnante violador, pederasta y asesino. Yo había conseguido su condena a través del ADN contenido en muestras de pelo, semen y restos de tejido encontrados en el cuerpecito de la pobre Isabel; menor hallada sobre la arena de la playa terriblemente mutilada. No pudo escapar, la Sala no dudó, su huella genética coincidía en el noventa y nueve coma novecientos noventa y nueve por ciento con las muestras. Por fin podría dedicarme a mis problemas personales. Este menda estaba a punto de demostrar que era hijo, y, en consecuencia, único heredero del Conde de Villacascabel. Así que fui a por el informe de paternidad. ¡€™Es curioso, -dijo el Forense, examinando una extraña maqueta de colores- el ADN de tu prueba coincide con otro que me has encargado hace poco. Me mostró los dos. Romualdo Carnicero era mi hermano.

 

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