La revancha

Ana María Viñals Lorente · Barcelona 

Cuando llevamos nuestra primera maqueta a la discográfica, imaginamos que triunfaríamos enseguida. Playas paradisíacas de arena fina, modelos esculturales, sala de prensa… El informe del productor musical, sin embargo, fue demoledor: nuestro grupo era horrendo. Ante tales palabras de aliento, decidí terminar Derecho y enrolarme en el apasionante mundo de la abogacía. Entré en el bufete de mi padre y logré evitar la condena de más de uno de sus clientes. El fin de semana, enfundados en estilismos imposibles, cantábamos en el chiringuito de turno bajo un rótulo que rezaba: Bodas, Bautizos y Comuniones. Hace un par de semanas llegó al despacho un nuevo caso. Acusaban al productor de una importante compañía musical de estafa. Su rostro me resultó desagradablemente familiar. Boicoteé su defensa y saboreé mi tardía venganza.

 

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