La recta final

Juan Manuel Sánchez Díaz · Rubí (Barcelona) 

Mirando mi reloj de arena, contemplaba el paso implacable del tiempo e imaginaba como sería el día en el que entrase en la sala de aquel frío juzgado. El informe psicológico era impecable y mi más fiel defensor mi abogado, convencido en que evitaríamos la condena, me consolaba una y otra vez transmitiéndome tranquilidad. Todo se debía probar todavía, puesto que la maqueta destrozada que se halló junto al cuerpo, no presentaba ninguna prueba evidente que me vinculase con tan horroroso y cruel asesinato, pero quedaba demostrar todavía la inocencia puesto que la coartada no me desvinculaba del todo. ¡¨Quién pudo hacerlo¡€™cometer semejante atrocidad de esa manera tan despiadada, seguro que no fui yo pero y si no es así y no lo recuerdo debido a mi problema de trastorno bipolar. Fiel abogado demuestrame a mi mismo mi inocencia y permite que viva en paz

 

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