Divina providencia

Antonio Jesús Molina Fernández 

Hay un secreto escondido dentro de la iglesia del Cachorro. Hubo un feligrés que susurró un terrible secreto al oído del sacerdote justo la tarde antes de que se lo encontraran sobre el río Guadalquivir convertido en un flotador de carne muerta. El juez que levantó el cadáver recibió una misteriosa llamada de teléfono donde una voz entrecortada le explicaba dónde encontrar un expediente de recalificación de terrenos que valía un asesinato. Se formó un jaleo de abogados, periodistas, intereses varios?Para evitar el escándalo todos los grupos políticos pactaron la cesión de los terrenos para fines sociales y la donación a la Iglesia del dinero recaudado. Ese mismo día el sacerdote basó la misa en la importancia de la confesión y la confianza del buen cristiano en la ayuda misericordiosa de la Divina Providencia:?Dios proveerá, hermanos. Dios proveerá?. Y bien que lo sabía.

 

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