Levando forzosamente anclas

Lidia Molina Gómez · Benidorm (Alicante) 

Estimado Don Arturo. El barco se hunde. Sé que ha luchado junto a muchos compañeros por evitar esta situación. Sé el aprecio que me tiene y agradezco sus servicios durante tantos años. Sé las dificultades que su despacho ha venido afrontando durante meses. Le he visto ajustar gastos, apurar los tóner, y revisar la contabilidad. Los honorarios del turno de oficio no llegan, y cuando llegan lo hacen tarde. Así cuesta mantener el buque a flote. Y aún así nunca me ha dejado de lado. Pero, irremediablemente, ya voy a la deriva. Poca defensa tiene cualquier recorte en derechos ciudadanos. Menos en Justicia. ¿Gratuita? Desde luego cada vez más para quienes trabajáis por ella, pero ya no para los ciudadanos. Los dos lo sabemos. Así que por el aprecio que le tengo, antes de ausentarme, debo presentarle mi agradecimiento e indignada despedida. Firmado: Artículo Ciento diecinueve de la Constitución

 

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