LADRONES DE RECUERDOS

Mª Angeles Calvo Fernández · Madrid 

Mi nuevo cliente resultó ser una anciana frágil, delicada, con voz firme al decirme: -Buenos días, abogado. Quiero hacerle una consulta sobre un tema de gran importancia para mí que no he podido resolver a través de ninguno de los medios telemáticos disponibles para cualquier ciudadano: ¿cree que debería presentar una denuncia por el robo de mis recuerdos? Y ¿qué baremo utilizaría la justicia para establecer la culpabilidad del ladrón o ladrones de los mismos? Ante la sorpresa e incomprensión de mi cara, la anciana abrió su bolso, sacando del mismo un documento de un prestigioso hospital en el que se podía leer: “Diagnóstico: Alzheimer”. Entonces comprendí la dureza de esta enfermedad, porque la anciana que tenía ante mí, deseosa de castigar a los culpables de la pérdida de sus recuerdos, no podía ya, sin embargo, reconocerme como a su propio nieto, sino solo como un abogado.

 

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