Imagen de perfilVIUDOS VIRTUALES

Almudena Horcajo Sanz 

Soy una persona muy familiar, me desvivo por los míos. Cuando lo necesitan, me ofrezco para ser su abogado, no les cobro, me basta con su agradecimiento. Ayer me llamó afligida mi prima Florentina, había perdido a su marido. Me quedé de piedra. Al parecer, hace un año se enamoró locamente de un robot con el que se casó en una ceremonia virtual. Desgraciadamente, su amor ha desaparecido de la red y ella se siente viuda. Quiere reclamar su pensión y, además, cobrarla en bitcoins. Le he repetido hasta la saciedad que solo es posible impartir justicia entre humanos, pero no escucha. Me halaga, me llama campeón, dice que consigo lo que me propongo… No sé cómo he podido acceder sabiendo que es escasa la probabilidad de que el asunto prospere.
La he visto tan hundida que también solicitaré una indemnización millonaria por daños y perjuicios a esa desaprensiva empresa.

 

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